Noventa y seis días después de que Martha Elizabeth Torres Méndez renunció al cargo de secretaria de Cultura de Gobierno del Estado, fue designado su sustituto: el ex rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Mario García Valdez.
De filiación priista, el ex alcalde capitalino y ex aspirante a la candidatura a la gubernatura por el Revolucionario Institucional en 2015, fue el elegido por el gobernador José Ricardo Gallardo Cardona.
Durante más de tres meses, el mandatario se dedicó a anunciar que pronto se daría el nombramiento, que se analizaban perfiles y que el cargo sería para una mujer.
No fue así.
Dejó correr el tiempo y con ello, exhibió su desprecio y desinterés por el sector cultural que enfrenta una crisis institucional.
Pero eso no es nada ante el desfiguro político y la enorme incongruencia que implica ese nombramiento.
“Herencia maldita” es el concepto acuñado por Gallardo para referirse a quienes gobernaban en el pasado en el estado y en la capital.
Le ha sido útil para acusar de todos los males posibles, sobre todo, de corrupción y desvío de recursos públicos, además de haber demostrado su desmedida ambición política y económica.
Una vez dijo que el ayuntamiento también tenía su herencia maldita.
Pues bien, hoy un ex alcalde señalado de tener en el olvido a la ciudad es flamante integrante del gabinete estatal.
Sin conocimiento del mundo cultural potosino, García Valdez resultó ser “el mejor perfil” y el “adecuado”.
El secretario General de Gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez fue el encargado de tomarle la protesta tras el nombramiento.
Es que “al final del día hay mucha herencia maldita, pero cuando hacen un alto y reflexionan sobre lo que hicieron y lo que está mal, y quieren recomponer las cosas, hay que tener una segunda oportunidad”.
Peor aún, el gobierno fue incapaz de encontrar una mujer con capacidad y formación para ir a la Secretaría de Cultura.
Eso es ofensivo para las mujeres.
