Hoy hace 30 años San Luis Potosí vivía momentos convulsos. Fausto Zapata Loredo era gobernador electo y se le oponía el movimiento Navista que denunciaba fraude electoral.
En esos tiempos, desde el navismo se lanzaba como una consigna política la frase de “prensa local, vergüenza nacional”.
Los medios locales eran definidos como “prensa vendida”.
Ayer nos vino a la memoria esa etapa de la historia de San Luis Potosí.
Al hablar de la prensa “aplaudidora” y “mentirosa”, el presidente Andrés Manuel López Obrador, citó al doctor Salvador Nava Martínez, de quién recordó que decía en referencia a los políticos, gobernantes y medios de comunicación que “lo peor es la simulación”
En “La Mañanera” de este jueves 19 de agosto, el presidente hablaba de la revocación del mandato y de lo que propondrá para renovar al Instituto Nacional Electoral y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación “para que pase al basurero de la historia el fraude electoral” y señaló que en el debate intervienen políticos y periodistas.
En ese punto, cuando hablaba de fraudes electorales y de quienes se dicen demócratas cuando en realidad actúan con simulación, López Obrador recordó al doctor Salvador Nava.
“Yo nunca voy a olvidar lo que decía el doctor Nava en San Luis Potosí, un luchador por la democracia; él estaba de candidato y en San Luis había dos periódicos, ahora deben de haber más: uno, el tradicional abiertamente defensor del régimen sin matices y otro; supuestamente plural, un poco así como es el Reforma que finge ser independiente. Y el doctor Nava decía: el que más daño nos causa es el pseudoindependiente”, dijo festivamente el presidente de la república.
Para López Obrador, el panorama de la prensa potosina de hace tres décadas, guarda semejanza con la actualidad: percibe simulación en los dirigentes políticos de oposición y de los medios de comunicación que critican todo lo que hace la cuarta transformación.
Ese es su punto de vista.
Bien visto, la prensa potosina no es muy distinta que la de hace 30 años: se privilegia al poder público para acceder a los contratos de publicidad, simulan un compromiso con la sociedad, pero en los hechos, la información es desplazada por la propaganda. La crítica es excepcional, la generalidad de los medios se dobla ante las instituciones de grupos políticos y fácticos.
Es decir, se simula que se ejerce una libertad de expresión que en realidad está plegada a intereses ajenos a la sociedad.
