El PRI y la herencia maldita

A la sombra de la “maldita herencia”, por la tarde del sábado el priismo potosino celebró el 94 aniversario del Partido Revolucionario Institucional.

En la fiesta de las y los priistas rebautizados como “revolucionarios”, los discursos se volcaron sobre lo grande que ha sido el PRI, no solamente por las instituciones creadas durante el siglo pasado, sino también por los “grandes hombres” que han nutrido las filas del partido.

Y aunque el nombre del ex gobernador Juan Manuel Carreras López está desde hace tiempo en boca de todos, en el PRI parece que no les gusta sudar penas ajenas, de modo que hicieron como si la “herencia maldita” no existiera.

En su intervención, el alcalde Enrique Francisco Galindo Ceballos, se quejó amargamente de los embates del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en contra del partido y de las instituciones construidas por el PRI.

De los embates locales contra los ex gobernadores Fernando Toranzo Fernández y Juan Manuel Carreas López, no dijo nada.

No solo eso, recientemente, el gobierno de José Ricardo Gallardo Cardona al destapar un escándalo de compras realizadas desde la Oficialía Mayor de Carreras, dejó en evidencia que dos colaboradores del propio Galindo estarían por ser investigados por “adquisiciones deshonestas”.

Elías Jesrael Pesina Rodríguez y Jorge Daniel Hernández Delgadillo, ex titulares de la Oficialía Mayor, no recibieron el respaldo de su presidente municipal y primer priista.

La celebración del aniversario del partido en la que se habló de grandes hombres dejó en el olvido a los ex mandatarios que, hasta a los priistas les parecen apestados.

La Fiscalía General del Estado tiene abiertas 12 investigaciones por presuntas irregularidades en diversas dependencias de la anterior administración priista y el sábado nadie dijo nada, pese a que está en duda la honestidad de los ex funcionarios.

Galindo mejor se acordó de la “embestida” contra el Instituto Nacional Electoral que del destino incierto que enfrentan ahora Carreras y Toranzo.

Triste celebración la del PRI. Incapaces incluso de llenar el Auditorio Plutarco Elías Calles, invitaron a un centenar de personas al evento, celebrado en el salón de usos multiples; la mayoría, empleados y funcionarios del Ayuntamiento capitalino.

Más que hablar del partido, se dedicaron a brindar loas al presidente municipal que fue ratificado como el “principal referente que nos guía por camino seguro”.

De la “herencia maldita”, mejor ni acordarse.

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