¿Adónde irán los ex gobernadores?
¿Qué ha sido de ellos?
¿Acaso andan por ahí y pasamos sin darnos cuenta: quizás en el cine, en la compra del súper, en el restaurante o en el parque; en la calle de paseo?
¿Adónde irán los gobernadores luego de entregar el poder?
Uno se pregunta eso luego del asombro que causan las andanzas de los ex presidentes de la república.
Felipe Calderón se dio una vuelta por el principado de Mónaco para presenciar la carrera de Fórmula 1 que ganó Sergio Pérez. Juntos celebraron, sin importarle la cascada de críticas que en México se sucedieron en redes sociales.
Enrique Peña Nieto, disfruta de su exilio dorado en una villa española donde sólo viven multimillonarios, es vecino de Penélope Cruz y Javier Bardem, actores emblemáticos de la península ibérica.
Vicente Fox, en su rancho, publica constantemente mensajes en redes sociales, con tantas faltas de ortografía que da pena.
Ernesto Zedillo da la vuelta al mundo, dicta conferencias sobre las bondades del neoliberalismo y la perversidad del populismo.
Los ex gobernadores potosinos, en su provinciano perfil no dan para tanto.
Decir que viven de lo que se llevaron sería un exceso imperdonable, pero cómo poco se sabe de su paradero, se puede abrir espacio para la duda: ¿Adónde se fueron?
Marcelo de los Santos Fraga está vive y tiene sus negocios en la capital. Cuando su presencia hace falta se mete al PAN a hacer grilla.
Horacio Sánchez Unzueta se quedó sin chamba como figura que tenía a cargo la preservación del centro histórico, pero aquí sigue porque lo suyo es la política.
Fernando Silva Nieto debe andar por ahí con el bajo perfil que siempre le caracterizó.
Lo inquietante, es el destino de Fernando Toranzo Fernández y Juan Manuel Carreras López, de cuyo exilio poco sabe la gente.
Tal vez, gracias a “La Herencia Maldita” pronto podrán reaparecer públicamente, aunque no como ellos desearían.
Andan buscando a sus ex colaboradores y puede ser que pronto también den con ellos.
Por lo pronto, la interrogante es: ¿Dónde están?
