Fiel a su costumbre de apelar a la bravata discursiva, el gobernador José Ricardo Gallardo Cardona sentenció que los ex gobernadores Marcelo de los Santos Fraga y Fernando Toranzo Fernández tendrían que estar en la cárcel.
Acompañado por el alcalde capitalino, Enrique Francisco Galindo Ceballos, realizó una visita de supervisión a la presa El Realito en los límites de los estados de Guanajuato y San Luis Potosí, donde atestiguó la existencia de fisuras en la cortina.
Los Hombres G confirmaron las filtraciones de agua por la cortina, problema que se añade a las fallas del ducto principal de conducción.
Tras el recorrido, el mandatario no dudó en responsabilizar de ello no solo a los ex gobernadores, sino también a los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón.
Con Fox se ideó el proyecto y se inició la obra, con Calderón se avanzó y se inauguró la primera fase y con Enrique Peña Nieto se completó. De hecho, hubo dos inauguraciones: la de la presa con Calderón y del ducto con Peña.
En ese trayecto, tocó a Marcelo de los Santos y Fernando Toranzo seguir todo el proceso.
“A estos cabrones les valió madre la ciudad, ellos ya ni viven en San Luis, uno vive en Querétaro y otro en Puerto Vallarta; les vale gorro que la ciudad se quede sin agua, ellos ya traen dinero en la bolsa para gastar, se llevaron el dinero de la presa”, afirmó.
Gallardo Cardona fue contundente al señalar que el panista y el priista “merecen estar en la cárcel”.
No hay duda, el gobernador siempre da la nota.
Sin embargo, lo realmente trascendente y noticioso, es que esos ex funcionarios que a su juicio tendrían que estar en la cárcel, realmente sean objeto de una investigación, de un juicio y luego objeto de una sanción.
Mientras no ocurra así, las referencias a la “herencia maldita” y sus probables actos de corrupción no irán más allá de la simple declaración a la prensa para dar la nota del día.
Si alguien puede hacer que sea posible enjuiciar al panista y al priista, es el gobernador; que lo haga y rompa el círculo de la impunidad.
